Los 5 productos más difíciles de reciclar y sus alternativas

Son prácticamente imposibles de reciclar y, día a día, aumentan el tamaño de las islas de residuos que asfixian nuestro planeta

productos más difíciles de reciclar
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Los productos más difíciles de reciclar son artículos de usar y tirar que todos –o casi todos nosotros– empleamos varias veces al día. Y lo hacemos;a pesar de las imágenes de horribles de abundante plástico en nuestros mares y océanos que, cada vez con mayor frecuencia, aparecen en los medios de comunicación y las redes sociales para advertirnos del ultimátum que nos está dando el planeta. Las bolsas de plástico, los productos de higiene como pañales y compresas, las cápsulas de café, los botes de plástico y los chicles son los productos más complicados de reciclar, pero ¿existen alternativas? Afortunadamente, cada vez más consumidores apuestan por una manera más sostenible de vivir –y de comprar–.

¿Cuáles son los 5 productos más difíciles de reciclar?

Bolsas de plástico

La vida útil de las bolsas de plástico es extremadamente corta y, por sí solas, tardan hasta 500 años en descomponerse. Tan solo el 35% de ellas se depositan en el contenedor de reciclaje amarillo, por lo que la gran mayoría de este plástico acaba en los ríos, mares y océanos, poniendo en peligro los ecosistemas. Además, las pocas que se reciclan atascan con facilidad la máquinas que las procesan, por lo que su reciclado se torna ineficiente. Sin embargo, las bolsas de plástico son las que más alternativas respetuosas con el medio ambiente ofrecen: podemos utilizar bolsas fabricadas con almidón de patata o con maíz que se biodegradan en apenas 18 meses, bolsas compostables o de tela.

Pañales, compresas y tampones

Los pañales, compresas y tampones se presentan como productos aún más problemáticos para su tratamiento por dos motivos: por un lado, están fabricados con varios tipos de plástico diferentes y, por otro, contienen residuos orgánicos. Hasta hace poco eran imposibles de reciclar, aunque hace pocos años se inauguró la primera planta para su procesamiento en Italia y países como Canadá o Reino Unido han seguido el ejemplo.

Existen varias opciones sostenibles en el mercado a compresas y tampones, pero la que más adeptas ha conseguido en los últimos años es la famosa copa menstrual, que suele estar hecha de silicona médica y tiene una vida útil de varios años. Para quienes no se atreven aún con ella, las compresas biodegradables de algodón orgánico, las reutilizables de tela o las braguitas absorbentes pueden ser una opción. Alternativas similares tienen los pañales, que pueden fabricarse de tela –los más tradicionales– o en materiales biodegradables.

Cápsulas de café

Si tenemos en cuenta que España es el tercer país del mundo en consumidores de café en cápsula, que este tipo de producto tarda más de un siglo en degradarse de forma natural y que cada minuto se tiran unas 13.500 cápsulas de aluminio y plástico al cubo de residuos orgánicos, es fácil imaginar la cantidad de residuos que acaban en el cubo de la basura. Además, las marcas más famosas del mercado fabrican sus cápsulas con aluminio y plástico que, sumados a los restos orgánicos de café, hacen que sean uno de los productos más difíciles de reciclar. De hecho, a día de hoy su reciclaje es prácticamente imposible, por lo que, para evitar tirarlas, algunas personas las convierten en complementos y decoración o las acercan a los puntos de reciclaje de las propias marcas —donde las procesan y les dan una nueva vida—. Sin embargo, la alternativa más eficiente sería apostar por las cápsulas biodegradables que algunas marcas concienciadas han lanzado o las recargables, fabricadas en acero inoxidable.

Botes de plástico

Con los botes de plástico, en especial con los bricks de leche, zumos o caldo, ocurre algo similar a lo que sucede con los pañales: al mezclar diferentes tipos de plástico y cartón con restos de material orgánico, son extremadamente difíciles de reciclar. La alternativa que podemos encontrar en cafeterías y supermercados de forma cada vez más frecuente, es reutilizar una botella, vaso o tarro de cristal que puedes llevar desde casa y rellenarla tú mismo.

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Chicles

Los chicles son uno de los productos más difíciles de reciclar. La popular goma de mascar está hecha, como su propio nombre indica, de goma y no, no se puede reciclar en el contenedor amarillo aunque alguna gente lo crea así. Los chicles son uno de los productos más contaminantes que podemos consumir y, sin embargo, mucha gente lo desconoce. Existen algunas iniciativas para su reciclaje y reutilización que los transforman en contenedores o suelas de zapatos, pero se trata de alternativas muy escasas. La única alternativa factible son los chicles mexicanos 100% ecológicos y biodegradables fabricados con una resina gomosa proveniente de la savia del árbol del chicozapote, originario de Latinoamérica.

 

Raquel Nogueira