El testamento solidario, un legado para cambiar el mundo

¿Sabías que puedes dejar parte de tu herencia a obras benéficas? Te contamos todos los secretos sobre cómo hacer un testamento solidario para aportar tu granito de arena a las causas que te importan

Testamento solidario
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Los españoles nos implicamos cada vez más en las causas que nos importan. Según un informe elaborado por la Asociación Española de Fundraising (AEFr) sobre la realidad del socio y el donante en 2019, la solidaridad en España ha incrementado a lo largo de los últimos años. Así, la mitad de las donaciones que reciben anualmente las organizaciones no gubernamentales (ONGs) provienen de fondos privados (es decir, personas físicas). Esta inclinación de los ciudadanos por implicarse en ayudar a los demás tiene una variante que en nuestro país todavía no ha conseguido asentarse demasiado: es el testamento solidario.

A diferencia de otros países en los que es una costumbre ya muy recurrente, España no consigue hacer despegar esta alternativa. Esto puede deberse a la dificultad de abordar la cuestión de la muerte, que resulta un tabú para mucha gente, o simplemente a la falta de información sobre esta vertiente solidaria de nuestro legado.

¿Qué es un testamento solidario?

Un testamento solidario se diferencia de uno común porque ofrece la opción de incluir disposiciones a favor de ONGs, entidades sin ánimo de lucro o religiosas, instituciones o fundaciones que realizan proyectos de beneficencia y/o de interés general. Por lo tanto, las persona que así lo deseen, pueden destinar parte de su legado a una causa de su preferencia concediendo parte de sus bienes a través de este tipo de testamento.

Testamento solidario
Infografía: testamento solidario

¿Afecta a los intereses de los herederos?

Realizar un testamento solidario no perjudica a nuestros herederos. Esta disposición está recogida dentro del marco legal, que señala que, dependiendo del grado de parentesco de los familiares, el reparto del legado se hará de una forma u otra. Es decir, no se pueden legar todos los bienes a una organización sin contar con la parte legítima que le corresponde a determinados parientes.

Una herencia se divide en tres partes. El primer tercio, denominado “de legítima” es la tercera parte que está reservada por ley a los “herederos forzosos” o legitimarios de la persona que realiza el testamento (testador). Esto implica que su parte no se puede disponer de forma libre a favor de terceros. Por otro lado, está el tercio de mejora, que el testador puede atribuir libremente para complementar la legítima de uno o varios descendientes. Finalmente, el tercio que concierne directamente al testamento solidario es el de libre disposición, que se puede reservar en su totalidad, si se desea, y a quien convenga sin necesidad de tratarse de descendientes.

Lo más apropiado para conocer este tema en profundidad y sopesar qué se puede dejar en herencia es ponerse en manos de un notario o un asesor jurídico. Ellos le podrán indicar las opciones de las que una persona dispone dependiendo de su caso concreto, su patrimonio, las leyes de la comunidad autónoma en la que resida y sus circunstancias familiares.

¿Por qué hacer un testamento solidario?

Esta decisión es una cuestión muy personal. Muchas personas están en vida implicadas en causas de maneras muy diferentes. Por ejemplo, colaborando económicamente con una organización, divulgando información sobre temas en los que se involucran y que consideran importantes para el futuro o ejerciendo de voluntario en una entidad con el simple objetivo de ayudar. Si así se desea, este compromiso puede trascender a nuestra propia existencia:

  • Tu voluntad se cumplirá. El hecho de que este deseo se exprese a través de un documento legal como un testamento implica que tu disposición será respetada gracias al marco jurídico en el que se inscribe. De esta manera, el estado de tus bienes y su finalidad llegarán íntegros a los lugares a los que los destines.

  • Es respetuoso con tus herederos.- como ya hemos mencionado anteriormente, este método de hacer testamento no deja “abandonados” a tus herederos naturales, sino que establece un reparto considerado y ponderado de aquello que quieras legar a quienes más quieres y a las causas que más te importan.

  • Facilita la gestión a tus allegados.- ya sea con fines solidarios o simplemente por dejar tu voluntad establecida, hacer testamento simplifica, considerablemente, el trámite a tus seres queridos, pues conocerán tus conformidades y decisiones y solo se tendrán que encargar de llevarlas a cabo. 

  • Cada gesto importa.- es un error pensar que hay que ser multimillonario para compartir con los demás a través de tus disposiciones. Ya sea una enorme fortuna o una aportación simbólica, cada ayuda va sumando a la de muchas otras personas que deciden dar el paso de colaborar con los demás y marcar la diferencia.

  • Puede modificarse en cualquier momento.- la famosa frase “la vida da muchas vueltas” no se dice en vano. Las circunstancias de una persona que decide hacer testamento solidario pueden variar en cualquier momento. Este hecho es comprensible, así que, al igual que un testamento normal, ofrece una flexibilidad absoluta para ajustarse a tus necesidades y voluntades.

  • Puede cambiar la vida de alguien.- un legado solidario es una forma de mantener viva nuestra memoria, nuestros deseos y nuestras convicciones. Así, lo que para nosotros no supone apenas un esfuerzo, quizá para otros se traduce en un cambio significativo. Los problemas del mundo no se solucionan de una vez, pero un pequeño gesto siempre significará un avance.

La construcción de una nueva escuela, la protección de un paraje especial para ti o poder ofrecer una oportunidad a una familia sin recursos son grandes cambios que empiezan con un pequeño gesto. Por esta razón, las organizaciones beneficiarias del testamento solidario remarcan que no hay aportación pequeña. Así que, si estás comprometido con alguna causa concreta, esta es una buena manera para seguir aportando tu granito de arena y haciendo de este un mundo mejor, incluso cuando ya no estés.

 

Pablo Rodríguez